lunes, 29 de febrero de 2016

POEMA A MÁLAGA

Poema a Málaga



Málaga es "inglesa" y mora

á la vez que es 

andaluza;

Guadalmedina

 la cruza

y el Puerto la condecora;
Gibralfaro la avalora

y la Caleta sin par;

la emblanquece su Azahar

y la dora su alegría;

en su torre se abre el día

y á sus pies se rompe el mar.





Esa es Málaga la bella

paraíso en que nací;

entre  sus luces viví

y mi sér formóse en ella.

Dios quiso al crear mi estrella

darme la vida en su ambiente,

y llevo fijo en mi mente su nonbre quetantoquiero,
cual si llevara un lucero

en la mitad de la frente.


Allá van sus pescadore

con los obscuros bombachos
columpiando los cenachos
con los brazos cimbradores.
Del pregón á los clamores
hinchan la venas del cuello;
y en cada pescado bello
se ve una escama distinta,
en cada escama una tinta

y en cada tinta un destello
Clavadas en penca verde
van las "biznagas" fragantes,

cuyas esencias flotantes

la brisa en sus ondas pierde.
No hay alma que no recuerde
de esa flor el movimiento;
la mujer mueve al son lento
la penca con sus olores,
la penca mueve las flores
y los jazmines el viento.




Ved allá la bailarina
con sus vueltas caprichosas;
sus pies, cual dos mariposas,


en raudos juegos combina.

Parece en la gasa fina

una espiral de arrebol,

un flotante caracol,




una sierpe que circula,


y un remolino que ondula

como una tromba de sol.

Acá y allá entremezclados



se oyen pregones á miles

con sus gorgeos gentiles


con música combinados.


Llena los aires dorados


un concertante sonoro,


y la ciudad canta á coro


su malagueña fermata,


por mil registros  de plata



y mil registros  de oro.



El lenguaje alegre y fresco
cual leve cinta se enreda
lo mismo que hacerlo
pueda
el más flexible arabesco.
Es un hablar pintoresco
todo calados y cruces.

¡Abalorios andaluces
hechos de escalas distintas,
que á veces rompen en tintas,
y á veces rompen en luces!

ella es la musa española
con su seno de manola
y su cintura de jarra.
Bajo el verdor de la parra
da á la brisa este cantar:
Llevo en el alma un pesar
del que tengo que morir;
ni se quita con reír,
ni se quita con llorar.
La enredadera guarnece



la reja, de que es esclava,

donde se (pela la pava)

hasta que el día amanece.

Detrás un rostro florece

sembrado de maravillas;

estalla un beso á hurtadillas,

y cual señal de victoria,

repica tocando á gloria

el cerco de campanillas.




Ved su catedral triunfante:
¡qué proporciones severas!
¡Que columnas cual palmeras
y qué cúpula sonante!
Rasgan la mole gigante
largos vidrios de colores
con polícromos primores
y cien figuras cautivas,
que parecen por lo, vivas
hechas con sangre de flores.
Su esplendorosa Caleta

la ve mi mente ilusoria

cual calle real de la gloria

al borde del mar sujeta.

Ni el más brillante poeta

pudiera hacer su pintura:

cantara su arquitectura

y sus estilos diversos;

¡más no el mar, porque no hay verso

para tan grande hermosura!



Entre cajas en hileras
que las prenden como franjas,
ved envolviendo naranjas

á las lindas faeneras.
De amar les salen ojeras,
tienen en su hermosura,

de las pasas, la dulzura;
de los chumbos, lo punzante;
del plátano, lo arrogante;
y del limón, la frescura.



Málaga ciñe á sus sienes
uvas por claros rubíes,
(parrales) y (marbellíes)
y (tempranas y lairenes).
Las (montúas) y (jaenes)

le forman  regios collares;
sus zarcillos singulares
son (moscateles) severas,

y brillan en sus pulseras
(largas), (tintas) y (mollares).

La infernal algarabía
de las burbujas de aceite
brinda al olfato deleite
en la alegre (freiduría).
Con hervidora armonía
crujen sobre la fogata
salmonetes de escarlata,
lisas de azules colores,
brecas de cien resplandores,
y boquerones de plata.

Tiene una copla y un vino
con que se canta y se sueña;
la copla es la (malagueña),
y el vino, un vino divino.
Mientras una lanza el trino,
otro derrama sus gotas;
ella vierte escalas rotas
y él destellos andaluces;

él emborracha con luces
y ella emborracha con notas.

Ved su parque, maravilla
de luz, colores y esencias,
que no lo tienen Valencia
ni Granada, ni Sevilla.
Enrejados de mantilla
semejan sus divisiones,
y sus vivas variaciones
me recuerdan los matices
de los pérsicos tapices
y los chinescos mantones.




Ved su ambiente ¡qué alegría!
ved su Puerto ¡qué grandeza!
ved sus campos ¡qué belleza!
ved su cielo ¡qué poesía!
ved sus aves ¡qué armonía!
ed sus calles ¡qué graciosas!
ved sus jardines ¡qué rosas!
ved sus coplas ¡qué ternura!
ved sus hombres ¡qué bravura!
ved sus mujeres ¡qué hermosas!


Así es Málaga la mora

y la (inglesa) y la andaluza;





Guadalmedina la cruza

y el Puerto la condecora.

Gibralfaro la avalora

y la Caleta sin par;

la emblanquece su azahar

y la dora su alegría;

en su torre se abre el día

y á sus pies se rompe el mar.




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