viernes, 4 de marzo de 2016

BOABDIL

BOABDIL

(Granada, 1459  Fez, 1533) fue el último rey de Granada, conocido como Muhámmad XII (quizás fue el undécimo sultán que llevaba el nombre de Muhámmad, y no el duodécimo, como gracias a la Yunna de Ibn ʿĀim podemos deducir ahora), miembro de la dinastía nazarí, llamado

 por los cristianos Boabdil o Boabdil el Chico y conocido popularmente en su tiempo con el sobrenombre الزغابي Al-Zugabi, "el Desdichado". Abu 'Abd Allāh, en el habla granadina, debía pronunciarse como Bu Abdal-lah o Bu Abdil-lah, y de ahí el nombre castellano Boabdil, a quien castellanos y aragoneses añadieron el epíteto de "el Chico" para distinguirlo de su tío Abu 'Abd Allāh 
"el Viejo".

Nacido en la Alhambra, hijo de Muley Hacén y la sultana Aixa, se sublevó en Guadix contra su padre en 1482 y accedió al trono gracias al apoyo de los abencerrajes y de su propia madre. 
En 1492, los Reyes Católicos   entraron en Granada  como castigo por la negativa de este reino a pagar los tributos que le exigían. En la Capitulación de Granada se estableció que Boabdil ostentaría el señorío de las Alpujarras. Partió luego a Laujar de Andarax, donde establecería su residencia. 
Combatió a su padre y su tío, quienes también se consideraban legítimos reyes de Granada.
Durante la batalla de Martín González, en el término municipal de Lucena, fue apresado por los Reyes Católicos. Su liberación implicó dar a Castilla la parte del reino que gobernaba el Zagal, lo que favoreció la penetración castellana y la finalización de la guerra el de enero de 1492 con la toma de Granada por los Reyes Católicos.Boabdil se aseguró la colaboración de las tropas castellanas en su exilio a Fez ante la posibilidad de una rebelión del bando opuesto.
Según una extendida leyenda española cuya veracidad no está atestiguada por ninguna documentación, al salir de Granada camino de su exilio en las Alpujarras, cuando coronaba un collado, volvió la cabeza para ver su ciudad por última vez y lloró, escuchando de su madre la sultana Aixa:
«Llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre»
Debido a esto ese monte recibe el nombre del Suspiro del Moro, que hoy cruzan las carreteras que van de Granada a la costa (A-44 y N-323). Esta leyenda parte de la imaginación del padre Echevarría que en el siglo XVIII publica el libro Paseos por Granada, donde pretende denigrar la figura de Boabdil.
En su exilio alpujarreño, se instaló en la población almeriense de Laujar de Andarax siendo esta su última residencia en la península ibérica. 

En Laujar, en 1493 falleció la última sultana de Granada, Morayma, esposa de Boabdil. En 1493 abandona la península con destino a Fez tras vender los Reyes Católicos los derechos de su señorío y recoger los restos de sus antepasados en Mondújar, junto a Talará (Granada).
Boabdil era rubio, de mediana estatura, más bien alto y esbelto, de ojos claros de luz, tez pálida y semblante tranquilo. Su porte era majestuoso, y en los momentos más difíciles, demostró siempre su valeroso corazón y su arrogancia de raza. Fue bravo en las batallas, y aunque herido su cuerpo, como en la batalla de Loja, siempre conservó su dignidad de rey, su dignidad de raza y su dignidad de hombre de corazón, a pesar de tantas y tantas amarguras como tuvo que sufrir constantemente su espíritu y su voluntad.1
                          

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